Muchos profesionales de la traducción optan por solicitar el título de traductor/a jurado/a para añadir un extra al abanico de servicios que ofrecen. En España, con independencia del lugar de residencia dentro de territorio español, la concesión del título corre a cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. Por el contrario, en Alemania no se trata de un procedimiento centralizado, sino que cada Estado federado establece sus propios requisitos. Así, para adquirir el título de allgemein beeidigter Übersetzer, los pasos que deberemos seguir no serán los mismos si nos encontramos en Hamburgo o en Berlín. No obstante, la validez del título abarca todo el territorio alemán, con arreglo al artículo 187, apartado 2 de la GVG (Ley alemana del Poder Judicial).
En esta entrada hablaré más concretamente acerca de la situación en Baden-Württemberg, el Estado federado en el que resido. Una de las vías que se ofrecen aquí para obtener el título consiste en presentar la licenciatura (Diplomabschluss) o el máster (Masterabschluss). Este requisito no es tan fácil como parece, ya que la autoridad competente —el tribunal regional de Karlsruhe (Landgericht Karlsruhe)— se encarga de estudiar cada caso concreto para comprobar si el número de créditos y la combinación de idiomas son adecuados. En mi caso, por ejemplo, tuve que presentarme al examen porque en el Grado en Traducción y Mediación Interlingüística estudié inglés como lengua B. Pese a que en el máster de Heidelberg tenía alemán como lengua B, no contaba con el número suficiente de créditos para que pudiese efectuarse la convalidación. Por suerte, no me tocó hacer todas las partes del examen, sino que tan solo tuve que presentarme a tres exámenes escritos. Pero ¿en qué consiste exactamente este examen?
Staatliche Prüfung
El examen oficial que capacita a un traductor para realizar traducciones juradas está dividido en dos partes: una parte escrita y una parte oral. Es indispensable aprobar la parte escrita para poder presentarse a la parte oral. En Karlsruhe es posible realizar los exámenes para los siguientes idiomas: inglés, francés, español, hindi, panyabí y urdu. Además, se deberá elegir un ámbito de especialidad: humanidades (Geisteswissenschaften), ciencias sociales (Sozialwissenschaften), ciencias naturales (Naturwissenschaften), tecnología (Technik), ámbito jurídico (Rechtswesen) y economía (Wirtschaft). En función de la especialidad que elijamos, nos aparecerán unos temas u otros en los exámenes de traducción especializada.
En total hay cuatro exámenes de traducción: un texto general del alemán a la lengua extranjera, un texto general de la lengua extranjera al alemán, un texto especializado del alemán a la lengua extranjera y un texto especializado de la lengua extranjera al alemán. Los textos suelen tener una longitud de unas 300 palabras y no está permitido el uso de ningún tipo de recurso (nada de diccionarios, ni físicos ni electrónicos). Para cada examen hay un tiempo de 1 hora y media. Además de las pruebas de traducción, hay que redactar una especie de ensayo corto en la lengua extranjera sobre un tema propuesto. Dado que no se dispone de ningún tipo de ayuda, es fundamental prepararse a fondo el ámbito de especialidad; ya sea elaborando glosarios terminológicos, leyendo artículos de revistas o realizando encargos de traducción de esa área de conocimiento. Los exámenes escritos se realizan a lo largo de dos días en Karlsruhe.
El examen oral tiene lugar meses más tarde. Entre otras tareas, deberemos realizar una traducción a vista. Además, el comité examinador realiza toda una serie de preguntas sobre cuestiones culturales y políticas de los países en los que se hablen las lenguas de las que nos examinamos. En el caso del español, se incluyen tanto España como los países de Latinoamérica. Pueden preguntarnos, por ejemplo, acerca del sistema educativo español, alguna corriente literaria en concreto o temas de actualidad que hayan aparecido con frecuencia en la prensa española. Como resulta lógico, es casi imposible saber de todo, y es normal que se nos quede algo en el tintero, pero lo que los examinadores quieren ver es si tenemos nociones básicas acerca de la cultura y si nos desenvolvemos bien en el idioma.
Una vez aprobado el examen, nos llegará a casa un certificado que confirme que contamos con la capacitación para ser nombrados traductores jurados. A mí me tocó presentar este certificado en el tribunal regional de Friburgo (Landgericht Freiburg). Dicho tribunal me citó semanas más tardes para ir a prestar juramento y nombrarme como traductora jurada. Una vez finalizado todo, nuestro nombre aparecerá recogido en la base de datos de intérpretes y traductores (Dolmetscher- und Übersetzerdatenbank).
Muchas gracias por este artículo. Me has inspirado y voy a intentar recibir el nombramiento por homologación en Karlsruhe 🙂
Hola, Eva:
Me alegra mucho que el artículo te haya resultado útil. ¡Mucha suerte con la homologación!
Saludos desde Friburgo,
Laura